Existen una diversidad de técnicas de masajes relajantes, algunos incluso pueden incluir instrumentos como piedras de río, pindas, compresas, diferentes tipos de aceites, barro, miel, etc.
Sin embargo, no importa la técnica que se utilice, ya que el masaje relajante es direccionado a un objetivo en concreto: llegar a soltar las ataduras de la mente que se reflejan en el cuerpo, y así lograr una relajación integral del paciente. Es por esto que la terapia tiene varios beneficios a nivel físico y anímico.
1. Alivio inmediato en espasmos musculares y alivio progresivo en contracturas.
Estos dolores se deben a movimientos bruscos, inapropiada realización del ejercicio físico y prolongadas posturas corporales inadecuadas.
2. Activación de la circulación sanguínea.
Es benéfica debido al incremento en la oxigenación celular que mejoran el funcionamiento de los órganos internos.
3. Exfoliación corporal.
El roce provocado con cada maniobra, permite desprender las células muertas de la piel, ayudando a que esta se oxigene mejor y deseche fácilmente los productos metabólicos.
4. Mejora postura corporal.
Cuando el cuerpo se libera de las contracturas musculares y la tensión, regresa a su postura natural erguida, porque se encuentra ligero y revitalizado, fortalecido para enfrentar nuevamente el mundo.
5. Alivio anímico.
Al tener contacto con la piel y trabajar sobre las fibras musculares, el cuerpo experimenta una sedación integral que permite relajar los músculos y proporcionar al paciente el descanso que requiere para liberar su mente de las preocupaciones cotidianas.
Al tener conocimiento de todos estos excelentes beneficios,
¡no esperes más para regalarte un agradable momento solo para ti!
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